CADA VEZ son más las quejas de miles de jóvenes que ya cumplieron los 18 años de edad o más y que, de manera forzosa y obligatoria, solicitan su cédula fiscal o sólo quieren validar su firma electrónica.Ya se sabe que el Registro Federal de Contribuyentes (RFC) ahora es un requisito ineludible, si se pretende abrir una cuenta bancaria, cobrar una factura, darse de alta en un empleo formal o conseguir que les paguen, si únicamente son comisionistas.
Los funcionarios del Servicio de Administración Tributaria (SAT), que encabeza Raquel Buenrostro, sólo atienden a quienes obtuvieron una cita por la vía digital. En caso contrario, no hay procedimiento, aunque existe la salvedad de los “casos especiales”.Hay quienes te aconsejan acudir a las oficinas del Caballito, a unos pasos de las oficinas centrales de la avenida Hidalgo, porque atienden de manera eficiente y expedita. Pero si no hay cita, esa es una verdad a medias y el empeño se vuelve vano, porque la mayoría de los posibles y futuros causantes del fisco salen de ahí con su lamento a cuestas y sin haber resuelto el problema.Las autoridades no han respondido con la capacidad que exigen las modificaciones propuestas a la ley y que aprobaron los legisladores el año pasado.
Hay jóvenes que iniciaron en enero pasado el procedimiento para su cita y aún no les toca turno de atención, aunque sean 400 u 800 números los que van delante de ellos.El año pasado, Raquel Buenrostro aclaró que el registro se hizo para generar cultura cívica y fiscal, para evitar el robo de identidad y para que los jóvenes no fueran cooptados por el crimen organizado.Hasta ahí todo iba muy bien. El problema es que la autoridad no puede dar respuesta satisfactoria a los cambios que impulsó, mientras que los diputados, los que ya se fueron y los que se quedaron, porque fueron reelegidos, tienen sus ojos puestos en otros horizontes, pero ninguno de ellos ha sufrido el Vía Crucis de miles de jóvenes formados en las filas virtuales del SAT.
***LA INFLACIÓN en México se incrementó 0.99% en marzo pasado y con esa cifra la tasa anual (la de los últimos 12 meses) se ubicó en 7.45%, un nuevo máximo de los últimos 20 años. A pesar del subsidio a las gasolinas, los precios de los energéticos fueron el componente que más contribuyó al alza dentro del componente no subyacente, tras un incremento de 3.01%, impacto negativo que se atribuye a los precios por el conflicto en Ucrania.
***AUNQUE EN Hacienda no lo aceptan, las estimaciones de PIB siguen a la baja para este año. Los expertos la ubican ahora en 1.7% y no en 2.2%.